Antes que ser economista o asesor de inversiones, me identifico como un fanático e hincha acérrimo de mi selección: la blanquirroja. El fútbol es mi pasión, y si eres de los míos o conoces a alguien que puede pasarse todo el fin de semana viendo partidos, te tengo una sorpresa: invertir y gestionar el patrimonio se relaciona mucho con este deporte; eres el DT de tus finanzas personales y debes asumir ese rol de manera responsable e inteligente.

¿Qué mejor contexto que el de una Copa América y Eurocopa en simultáneo, para hablar sobre las inversiones como un equipo balanceado, goleador y, finalmente, campeón? Así es, porque este partido, el de invertir, lo ganamos juntos.

Un equipo es más que la suma de individualidades

Sobran los ejemplos de equipos plagados de estrellas que quedaron eliminados muy temprano de un torneo, así como de equipos que con jugadores que en el 1×1 no llaman la atención, pero que como conjunto resultan ser un verdadero colectivo, sólido y efectivo; ahí tenemos a Suiza derrotando a la “supuestamente” todopoderosa Francia.

Ocurre lo mismo cuando analizamos y evaluamos nuestro portafolio de inversiones y un típico error es centrarnos solo en diferenciar a los “ganadores”, las estrellas, y los “perdedores”, los rezagados de nuestra cartera, de acuerdo con la rentabilidad que vienen acumulando.

Un portafolio es como un equipo porque necesita diversificarse entre activos defensivos y activos más arriesgados para no “encajar goles” cuando el mercado sufra correcciones, y no quedarse atrás y desaprovechar oportunidades cuando la bolsa está al alza. Tu portafolio debe estar diversificado para que sea un verdadero equipo, ordenado y con un plan de juego claro.

Generar sinergias con jugadores que se complementan

Messi y Dani Alves en el Barcelona, Yotún y Cueva en Perú, el Pibe y Asprilla en tiempos de gloria de Colombia, y otras tantas combinaciones de jugadores que no solo se complementan, sino que juntos se fortalecen. Un equipo campeón necesita de estas sociedades para romper defensas o hacer las murallas, para dominar el juego y ganar el partido.

En inversiones, la complementariedad entre ciertos componentes del portafolio es lo que los técnicos llaman un “hedge” o cobertura, es decir, ciertos tipos de activos protegen a otros, permitiendo mitigar riesgos y maximizar la rentabilidad de la cartera. Por ejemplo, un portafolio de renta fija con bonos de diferente duración, o un portafolio de renta variable con exposición tanto a mercados desarrollados como a emergentes, y a sectores defensivos como a sectores de crecimiento.

En el contexto de recuperación económica y expectativas de alzas de tasas de referencia que vivimos en el 2021, es ideal tener activos que se beneficien de los ciclos económicos, pero complementar con aquellos que marchan mejor ante subidas de tasas que suelen ser una medida contractiva.

Equilibrio entre ataque y defensa

Cuando identificamos nuestro perfil de riesgo como inversionista cometemos un error si, al definirnos como conservadores o arriesgados, pensamos que todo lo debemos poners en inversiones cautaso todo en lo más arriegado… Repitan conmigo: “los extremos no sirven”. Ningún equipo campeón del mundo ha sido desequilibrado en su estrategia, es decir, no se ha orientado únicamente a atacar o sola a defender (salvo las honrosas excepciones del catenaccio italiano).

Si Brasil domina Sudamérica es porque tiene una defensa sólida y un ataque que da pánico entre los rivales, así como Bélgica e Inglaterra en la Eurocopa gracias al balance entre sus líneas. Nadie triunfa solo, hasta Maradona tuvo su defensa que lo acompañó hace 35 años en la Copa del Mundo del 86 en México.

Una propuesta clara, pero con ajustes de estrategia

Si pensamos en los equipos más memorables en la historia del fútbol, los nostálgicos como yo, recordaremos el Barcelona del “tiki-taka” Guardiola, el invencible Arsenal de Wegner o el Milan de los holandeses de Arrigo Sacchi. Todos estos equipos comparten algo en común: tienen una propuesta clara de juego y una disciplina férrea para seguir el plan que, a la larga, los llevó al éxito.

Un portafolio de inversiones igualmente exitoso requiere que tengamos reglas definidas y que las respetemos, como por ejemplo: hacer aportes constantemente, mantener la diversificación para no perder control sobre los riesgos de mercado y tener las metas y objetivos siempre en mente.

Pero que esto no se confunda con ser cerrado en el plan, en los momentos complicados un cambio entre un delantero y un volante puede equilibrar el equipo en la cancha, y lo mismo ocurre si al invertir notamos que a veces se necesitan ajustes para que la cartera se acomode mejor.

Recomendación: No te aferres al #11 los 90 minutos, ni te cases con una inversión por terquedad.

Darle tiempo a los procesos

Hasta los técnicos más exitosos pasaron por un periodo de adaptación en el que sus planes de juego no se tradujeron en triunfos al inicio, pero a medida que fueron tomando ritmo terminaron trascendiendo y llevaron a ganar a sus equipos (pienso en Klopp, Simeone, Gallardo y el propio Gareca).

Lo mismo pasa con los jugadores, especialmente los más jóvenes y con altísimo potencial, cuyo talento no reluce tan rápido y hay que darles un tiempo para que irradie; hay un dicho que dice “al 9 se le espera”, y soy devoto de esa frase casi sagrada.

De nuevo, las inversiones y el fútbol son muy similares, pues en la gestión del portafolio también hay que saber ser paciente y respetar los plazos recomendados de los fondos y posiciones que componen nuestra cartera pensando en el largo plazo, para que correcciones de corto plazo o coyunturas adversas no nos desvíen del horizonte de inversión, ni que el alboroto de las subidas de la bolsa nos apresure a disponer de todo nuestro dinero de manera imprudente. Como dice el Tigre: “¡Pensá!”

Diferentes formas de jugar al fútbol pueden llevar a ganar partidos y hasta campeonatos, así como diferentes maneras de abordar las inversiones desde nuestro perfil, objetivos y recursos financieros, hacen que cada persona juegue el partido de sus vidas al manejar sus ahorros con inteligencia y responsabilidad. No hay una sola forma de ganar.

Y es que el dinero es como la pelota de fútbol, es el elemento necesario para lograr el objetivo, controlar con cautela cuando es necesario, defender cuando la cosa se complica y contragolpear con rapidez y eficacia. “La pelotita no se mancha” dijo el Diego, yo digo que el dinero bien invertido es un gol diario en nuestras vidas.

Youssef Abi-Fadel
Experience Owner de tyba
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