Flashback: Es 16 de marzo de 2020, inicia la cuarentena en el Perú ante la detección de los primeros casos de covid-19, casi no hay carros en la calle y nadie tiene muy claro qué pasará en los próximos días, semana o meses; menos aún, alguien se imaginaría que un año después seguiríamos en pie de lucha contra la pandemia.
En medio de esta incertidumbre, ocurre paralelamente algo menos evidente, pero igual bastante angustioso, el índice de la bolsa de valores S&P 500 sufre un retroceso de -11.98%; su tercera peor caída diaria en la historia, continuando una ruta de pérdidas ya cercanas al -40% desde febrero del 2020.
Quienes seguimos con lupa la bolsa no podíamos dormir, no sólo por la preocupación de ver tal retroceso, sino por la incertidumbre que suponía enfrentar una pandemia como no sucedía desde hace 100 años con la gripe española (1918). Claramente, esto generó situaciones de alto estrés como por ejemplo, ese marzo de 2020, el cual puso a prueba el carácter y resiliencia de la gente a una máxima intensidad.
Centrémonos en la palabra: “resilencia”, pues ante la adverisidad, quienes prosperan, son aquellos que ven retos y oportunidades en medio de una crisis; ven más allá de la coyuntura y piensan en un futuro en el que se pueden superar las dificultades.
¿Y este año qué?
El 2021 tampoco ha sido fácil para el país, no solo por la continuación de la pandemia, sino también por la incertidumbre política, tanto por un proceso electoral muy polarizado, como por la tensión entre los poderes del Estado y diferentes jugadores políticos.
Ciertamente, tomar decisiones sobre nuestro patrimonio e inversiones en este tipo de contextos no es sencillo y por eso es tan relevante la mención a aquel “nefasto” marzo del 2020 que, a pesar de las circunstancias, al final se tradujo en un excelente año en términos de rendimientos para los inversionistas.
Este año no debería ser la excepción, la actitud correcta es la de buscar oportunidades en el entorno actual. Entonces, ¿qué opciones se nos presentan en el Perú de hoy?
Ante la incertidumbre, antes de tomar riesgos desmedidos, el inversionista inteligente debe tratar de mitigarlos. Los retos de la coyuntura nacional nos llevan entonces a reducir nuestra exposición local, es decir:
- Buscar alternativas en mercados globales.
- Diversificar nuestros ahorros en distintas monedas, más específicamente, en dólares.
Para el primer punto, existen fondos mutuos que tienen posiciones a nivel global y que invierten en diferentes tipos de activos (renta fija y renta variable) para que los inversionistas puedan aprovechar las mejores oportunidades de distintos mercados y armar portafolios lo más eficientes posible; si nuestros ahorros en la AFP ya tienen una exposición local importante, y nuestros ingresos por salarios y rentas ya están, directa o indirectamente, ligados a la actividad económica del Perú, lo más prudente para reducir el efecto del riesgo país en nuestro dinero sería abrir los horizontes geográficos.
Entre menos límites le pongamos a la movilidad del capital, mejores oportunidades de rentabilidad y mejor gestión del riesgo tendrán nuestras inversiones.
Por otro lado, la volatilidad del tipo de cambio en el entorno actual es un reflejo del escenario de retos en el que nos encontramos. Independientemente de eso, siempre resulta conveniente diversificar nuestros ahorros entre soles y dólares para que los movimientos en el tipo de cambio dejen de generarnos tanto estrés.
Primero, porque necesitamos de los soles para nuestras necesidades del día a día, y segundo, porque debemos dejar de ver el dólar como solo un refugio de valor y más bien verlo como la “puerta” a las oportuniudades de inversión.
No te limites en términos de inversión
Normalmente limitamos nuestras opciones de ahorro a las cuentas visibles o depósitos a plazo fijo, por no querer correr riesgos de mercado o simplemente por desconocimiento de alternativas mucho más rentables en el mediano y largo plazo.
No obstante, existe un universo de fondos mutuos que, incluso desde el más conservador, tienen un rendimiento anual esperado que supera al retorno de un depósito, y que además otorgan la posibilidad de hacer aportes o retiros cuando mejor nos convenga. Ahorrar en ambas monedas e invertir en ambas monedas es crucial no solo para reducir riesgos, sino también para maximizar ganancias.
Finalmente, una de los principales virtudes a mantener, en cualquier escenario, es el control sobre nuestro patrimonio y la flexibilidad y rapidez para ajustar nuestra estrategia. Es necesario planificar para el corto, mediano y largo plazo, especialmente cuando reconocemos que las inversiones deben “madurar” para poder ver los resultados deseados.
Pero los contextos como el que vive Perú hoy en día también piden que no nos amarremos a un plazo específico y estemos listos ante cualquier cambio que las necesidades nos lo exijan. Es como contar con un plan de rescate, pero que a priori esperamos no tener que usar.
Síntesis: Las posibilidades que podemos vislumbrar más allá de los retos que presenta la coyuntura de nuestro país son dos principalmente: (1) debemos diversificar para reducir riesgos locales, mejorando la eficiencia de nuestras inversiones y mitigando el estrés cambiario, y (2) debemos tener una estrategia clara, pero flexible, dispuesta a cambiar si se requiere. Los retos se convierten en oportunidades para capitalizar.