Bajo la dirección de Tim Cook, el director ejecutivo que logró destacar por sí mismo a pesar de la sombra de su visionario predecesor, Steve Jobs, el valor de las acciones del gigante tecnológico se ha triplicado en tan solo cuatro años.
En menos de dos semanas después de cofundar Apple Computer Company en 1976, Ronald Wayne decidió vender su participación del 10% en el incipiente negocio a Steve Wozniak y Steve Jobs por 800 dólares.
Si hubiera conservado su participación, esta habría tenido un valor aproximado de $300 mil millones, cuando la capitalización de mercado de Apple alcanzó la increíble cifra de $3 billones, convirtiéndola en la primera compañía en lograr tal hito.
A pesar de renunciar a su parte en lo que se ha convertido en la empresa más valiosa del mundo, el tercer fundador menos conocido no lamenta su decisión. «Nadie podría haber anticipado el inmenso crecimiento de Apple», declaró Wayne a Cult of Mac en 2014.
De hecho, el camino hacia la grandeza de Apple no estuvo exento de obstáculos significativos. El trabajo en la primera computadora de la empresa, conocida como Apple I, se llevó a cabo en un principio en el dormitorio de Jobs y en el garaje de sus padres.
El producto se vendió inicialmente como poco más que una placa de circuito, sin teclado ni monitor, y su producción se limitó a tan solo 200 unidades.
Sin embargo, la fortuna de la compañía cambió con la llegada del Apple II. Las ventas de esta segunda generación de computadoras diseñada por Wozniak se dispararon, en gran parte gracias a VisiCalc, un programa de hoja de cálculo que hizo que el producto se volviera popular entre los clientes empresariales.
A lo largo de sus diferentes versiones, se vendieron más de 5 millones de unidades del Apple II, y esta serie se mantuvo en producción desde 1977 hasta 1993.
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Apple se hace pública
Tras el éxito del Apple II, la empresa decidió dar un paso importante al hacerse pública a finales de 1980. Ofrecieron al mercado 4,6 millones de acciones a un precio de 22 dólares cada una, marcando así la mayor salida a bolsa desde que Ford Motor Company lo hizo en 1956. Al finalizar el primer día de operaciones, el precio de las acciones de Apple se elevó a 29 dólares.
Sin embargo, las computadoras posteriores, como el Apple III y Lisa, no lograron alcanzar la misma popularidad que sus predecesoras.
En 1983, Jobs convenció a John Sculley, un ejecutivo de PepsiCo, para que se uniera a Apple como director ejecutivo y le planteó la pregunta: «¿Quieres vender agua azucarada por el resto de tu vida o quieres venir conmigo y cambiar el mundo?»
Durante los diez años de mandato de Sculley, las ventas anuales de la empresa aumentaron de 800 millones de dólares a 8.000 millones de dólares.
Sin embargo, las tensiones entre él y Jobs se intensificaron rápidamente. En 1985, Sculley y la junta directiva de Apple decidieron expulsar a Jobs.
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Descontento por ser despedido del negocio que él mismo había creado, Jobs fundó otra empresa de tecnología llamada NeXT.
No fue hasta que Jobs y Apple se reunieron nuevamente, luego de que Apple adquiriera NeXT por 400 millones de dólares en 1997, que la fortuna de Apple comenzó a mejorar una vez más.
En el momento de su regreso como director ejecutivo (esta vez de manera oficial), la empresa estaba enfrentando serios problemas.
Jobs rápidamente eliminó varios productos defectuosos y logró persuadir a Bill Gates, cofundador y director ejecutivo de su feroz rival Microsoft, para que realizara una inversión de 150 millones de dólares, lo que ayudó a evitar la bancarrota.
Leander Kahney, autor de «The Cult of Mac» y «Tim Cook: el genio que llevó a Apple al siguiente nivel», sostiene que Apple «habría colapsado en cuestión de meses si Jobs no hubiera regresado y revivido la empresa. Realizó un trabajo magistral y se le recuerda adecuadamente como uno de los cambios más sorprendentes en la historia empresarial».
Jobs supervisó el lanzamiento de productos icónicos como la computadora iMac, el reproductor de música iPod y el iPhone, que en la actualidad representa aproximadamente el 47% de los ingresos totales de la compañía.
Ayudó a Apple a optimizar su oferta y puso un mayor énfasis en el diseño y la experiencia del usuario.
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La influencia de Tim Cook
Aunque Steve Jobs es ampliamente reconocido como la fuerza creativa carismática que llevó a Apple al éxito sostenido después de su regreso, el crecimiento más espectacular de la empresa ha ocurrido bajo el liderazgo de Tim Cook.
Habiendo desempeñado el cargo de director de operaciones de Apple desde 2007, Cook asumió el cargo de director ejecutivo justo antes del fallecimiento de Jobs en 2011.
En ese momento, muchos observadores dudaban de que pudiera tener el mismo impacto en la empresa que su predecesor y mentor.
Cook fue subestimado por completo. Mucha gente decía que su nombramiento sería un desastre.
Demostrando de manera espectacular que los escépticos estaban equivocados, Cook ha supervisado una década de crecimiento sin precedentes en Apple.
Por ejemplo, los ingresos anuales de la empresa se han más que triplicado entre 2011 y 2021, pasando de 108.000 millones de dólares a 366.000 millones de dólares. En 2018, Apple se convirtió en la primera empresa en alcanzar una capitalización de mercado de 1 billón de dólares.
La experiencia de Cook en operaciones y cadenas de suministro ha sido fundamental para el éxito de Apple.
Si bien Jobs es recordado por sus lanzamientos de productos innovadores, Cook ha supervisado los lanzamientos exitosos del Apple Watch y la línea de auriculares inalámbricos AirPods. Ambos productos han dominado las cuotas de mercado a nivel global, alcanzando un 31% y un 29% respectivamente.
Sin embargo, quizás el desarrollo más significativo bajo el liderazgo de Cook ha sido la expansión de los servicios de Apple.
En los últimos años, la compañía ha competido exitosamente con empresas como Spotify y Netflix a través de Apple TV+, Apple Music y su servicio de juegos móviles, Apple Arcade. En conjunto, estos servicios representan aproximadamente el 22% de los ingresos de la empresa.
Esta exitosa expansión hacia nuevos mercados, combinada con los sólidos ingresos generados por sus productos principales, hace que sea poco probable que Apple pierda su posición como la empresa más valiosa del mundo en el corto plazo.
La capitalización de mercado de su competidor más cercano, Microsoft, es de apenas 2,27 billones de dólares.
