Llega el final de año, el momento ideal para hacer una revisión de lo bueno y lo no tan bueno que hemos hecho a lo largo del 2021; sea a nivel personal, laboral o financiero. Algunos terminarán el año con sus metas bien encaminadas, con un portafolio diversificado y un presupuesto claro, otros no habrán sido tan afortunados y recibirán las fiestas como el Grinch: algo malhumorados e incrédulos sobre la posibilidad de manejar eficientemente sus finanzas personales y de invertir pensando en el largo plazo… ¿Cuál de los dos serás tú?
Para comenzar el 2022 con el pie derecho y evitar los errores que te podrían convertir en un Grinch de tus inversiones, queremos hacer un recuento sobre aquellos malos hábitos financieros de los cuales debes liberarte cuanto antes para poder recuperar el entusiasmo por invertir antes de recibir el año nuevo.
Hábito malo #1: Creerse el que más sabe sobre inversiones:
Hábito bueno que lo reemplaza: Ser humildes y aceptar que no vamos a hacer “market timing”
Una de las frases más repetidas por quienes menos saben del manejo del dinero es: “hay que comprar en el mínimo y vender en el máximo”, la dicen hinchando el pecho con orgullo como si hubieran descubierto la rueda y con la confianza de quien tiene una bola de cristal para leer el futuro del mercado de valores.
Resulta que no existe esa bola de cristal e incluso la suerte se le acaba hasta a los traders más entusiastas. A largo plazo es estadísticamente imposible ganarle al mercado y las emociones suelen jugarnos en contra, llevándonos a cometer crasos errores como ser excesivamente optimistas cuando suben nuestras inversiones, mientras que cuando vemos un mínimo retroceso entramos en un terrible periodo de angustia que nos apresura a consolidar pérdidas innecesariamente.
Es más, no faltan los que dicen: “el mercado está muy caro, esperaré a una corrección…”, y cuando dicha corrección ocurre, cambian el discurso y dicen: “¡Este es el fin!”. Estos creyentes en la lectura del futuro del mercado y la adivinación nunca terminan invirtiendo; su única afición es tratar de adivinar, sin éxito, la próxima crisis y guardan su dinero en el banco ignorando los efectos de la inflación.
Entonces, si no quieres ser un Grinch para tus inversiones, la primera recomendación es sencilla, pero psicológicamente desafiante: sé humilde, acepta que no puedes hacer “brujería” e invierte con disciplina, aceptando que la volatilidad es parte del proceso. La magia del interés compuesto y de la constancia al invertir harán que tu capital se consolide en el largo plazo.
Hábito malo #2: Ser necio, terco y dejarse llevar por la ansiedad
Hábito bueno que lo reemplaza: Ser paciente y no ver nuestras posiciones cada 5 minutos
Uno de los grandes vicios de quienes se desaniman de invertir rápidamente es el de dejarse llevar por la ansiedad y monitorear las inversiones 24/7 como si no hubiera nada más que hacer en todo el día. El resultado, además del estrés que esto genera, es que nos impacientamos si vemos algún retroceso diario o nos ilusionamos por una falsa noción de control sobre el mercado cuando vemos ganancias por encima de lo esperado en un corto plazo.
Varios estudios llevados a cabo por entidades financieras en Estados Unidos demuestran que aquellas personas que revisan sus saldos diariamente toman peores decisiones que aquellos que lo hacen mensual o trimestralmente. Así que, salvo que tengas mucha fortaleza mental y no te dejes llevar por las emociones, sé paciente con tus inversiones y entiende que todo tiene un proceso de maduración, con días buenos y malos en el camino.
Hábito malo #3: Creer que las inversiones son iguales a un casino
Hábito bueno que lo reemplaza: Ser precavido y utilizar la diversificación como una herramienta de ganancia
Volvamos al caso de los “adivinos de la bolsa de valores” que supuestamente le ganan al mercado y saben los secretos del universo… Ellos obviamente pierden dinero, pero no se lo dicen a nadie. Estas mismas personas te dirán “esta es la acción del futuro, pon todo tu dinero aquí y olvídate de diversificar”;resulta que el mundo de la gestión de patrimonios no es un casino en el que “todo al rojo” sea una frase válida, sino todo lo contrario.
Un ejemplo de cuán valiosa y rentable resulta la diversificación la podemos identificar comprarando un ETF que replique al índice S&P 500 como lo es el SPY versus la selección individual de acciones. Ha habido casos excepcionalmente buenos como Nvidia (+114.74% en lo que va del año) o Funko Inc (+64.58%); ambas acciones pueden haber sido elecciones con una tesis de inversión sólida detrás, como también lo eran Alibaba (-46.35%) o Kinross Gold Corp. (-34.84%), pero con resultados muy diferentes.
Si no eres un experto, tienes tantas probabilidades de elegir una acción ganadora como de sumirte en una de las perdedoras, y ojo que los casos de Alibaba y Kinross son acciones que en enero de este año parecían tener un atractivo y racional que justificaba su compra.
En cambio, quien diversifica y opta por un fondo mutuo o un ETF indexado, no solo se olvida del estrés del análisis de selección de acciones, sino que pudo cerrar el 2021 con excelentes números, por ejemplo: el SPY con una apreciación de +26.51% en lo que va del 2021, obtiene un rendimiento que bajo cualquier circunstancia es excelente.
Entonces, en resumidas cuentas, si no quieres ser un Grinch el próximo año necesitas empezar a cultivar la humildad, la paciencia y la precaución para saber diversificar sin morir en el intento.