Conoce cuáles son las realidades y mitos que traen las inversiones digitales. Porque ahora es posible invertir desde una aplicación.
En la actualidad, es habitual utilizar el teléfono móvil para realizar consultas, aumentar o disponer de productos de inversión a través de aplicaciones.
Sin embargo, hasta hace poco, esta posibilidad no existía y resultaba complicado que la mayoría de las personas se interesaran en invertir su dinero, debido a la escasez de fuentes de información y dificultades para adquirir productos de inversión.
Antiguamente, era común acudir a una sucursal bancaria para llevar a cabo diversas operaciones como pagos de servicios, transferencias, entre otras. Durante este proceso, los ejecutivos tenían la oportunidad de ofrecer productos de inversión.
Si el cliente decidía adquirir uno en ese momento, el ejecutivo realizaba la operación en el sistema y así el dinero era invertido. Dependiendo del tipo de instrumento elegido, el cliente tenía que regresar a la sucursal para reinvertir el dinero o, en su caso, solicitar la disposición de los recursos.
A lo largo del tiempo, esta situación ha evolucionado gracias a la digitalización. En un principio, se introdujo la banca por internet, permitiendo realizar operaciones desde ordenadores de escritorio y el uso de tokens de seguridad. Actualmente, la operativa se lleva a cabo desde cualquier ubicación mediante teléfonos inteligentes.
El avance digital ha posibilitado que un mayor número de personas accedan y utilicen de forma regular las funcionalidades de las aplicaciones.
Esto se debe, en gran medida, a las ventajas en términos de tiempo y recursos que conlleva no tener que desplazarse a una sucursal física para realizar operaciones. Ahora es posible llevar a cabo transacciones en días inhábiles y tener un mayor control sobre las inversiones, sin depender del horario de atención de la sucursal.
Gracias a este nuevo enfoque, los productos de inversión ofrecidos se han vuelto más accesibles y cercanos para los usuarios.
Además, esto ha sido posible gracias a la gradual superación de algunos mitos asociados a la inversión inicial. Uno de los obstáculos más comunes es la creencia de que la inversión es exclusiva para personas adineradas, cuando en realidad no es así. No se requiere ser millonario para invertir.
Además, existe otro mito comúnmente percibido de que invertir es extremadamente difícil. Sin embargo, la realidad es que es posible realizar un contrato de inversión y efectuar la primera inversión en menos de cinco minutos.
Las aplicaciones han sido desarrolladas de manera que el proceso que los usuarios siguen, desde que visualizan una oferta de producto hasta que completan la operación, sea lo más simple, comprensible y amigable posible. Incluso, en caso de surgir alguna duda, siempre se encuentran disponibles videos tutoriales de apoyo o la opción de comunicarse a través de atención telefónica.
El último mito es que se requiere ser un experto para invertir. Esta es una barrera recurrente, y aunque es cierto que toda inversión conlleva cierto grado de riesgo, existen productos que son excelentes opciones para iniciarse en el mundo de las inversiones, como los Fondos de Inversión de bajo riesgo. Los ETFs tambipen son una excelente alternativa para invertir de forma diversificada.
E incluso los activos que requieres de mayor información, como las acciones, pueden transformarse en muy buenos vehículos con la educación adecuada.
Una de las ventajas de realizar estas inversiones a través de aplicaciones es que existen simuladores que permiten visualizar cuánto se puede ganar en cada caso.
Una de las principales ventajas de invertir de forma digital es la accesibilidad de información clara y comprensible sobre los productos de inversión, lo cual motiva a más usuarios a realizar su primera inversión. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta las necesidades individuales de cada persona al momento de elegir el producto más adecuado para ellas.